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Bien. Mucho dinero no había porque en aquella época había poco dinero, pero para comer sí que había. Mi padre era agricultor y teníamos un par de mulas y cogíamos trigo, cebada…Engordábamos dos gorrinos y después se hacía la matanza. Y el hambre, que en el pueblo ¡había mucho!, en mi casa no se pasó.
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No, trabajaba a renta. Ya cuando tendría yo quince años pusimos una viña. Que para plantar viñas hay que hacer hoyos y eso es muy costoso. Y mi padre iba un día a hacer hoyos y yo me iba con la mula a labrar, y al día siguiente, se iba él con la mula yo hacía hoyos. Nos turnábamos porque hacer hoyos era mucho más cansado. Y así pusimos 12.000 cepas.
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Pues aquí parajes no hay ninguno. No tenemos más que donde se celebra la romería de San Isidro, que el ayuntamiento hizo una casa y demás… Tenemos un cerro que se llama el Amarejo, que ahí han cavado mucho los ecologistas. Pero parque natural, ninguno, tenemos el monte donde vamos a cazar.
No hemos conseguido que nos cante usted un poco de flamenco
Te voy a decir otra cosa.