Nos hemos agarrado a todo lo que nos podíamos agarrar para subsistir. Recuerdo una época en la que vino un señor al pueblo. Un hombre alto, desgarbado, con un guardapolvos... y este hombre proporcionaba a las mujeres azafrán, o algún sucedáneo, para liar papeletas a mano y luego envasarlo para sus distribución.

De Almansa era tradicional que llevaran también a Higueruela y a otros pueblos de alrededor zapatos para coserlos. También se compraron máquinas de tejer para confeccionar jerseys, pero ninguna de esas actividades tuvo continuidad. En todos los pueblos hay personas peculiares que quedan en la memoria colectiva.

De Almansa era tradicional que llevaran también a Higueruela y a otros pueblos de alrededor zapatos para coserlos. También se compraron máquinas de tejer para confeccionar jerseys, pero ninguna de esas actividades tuvo continuidad. En todos los pueblos hay personas peculiares que quedan en la memoria colectiva.

Desde el punto de vista económico, para mí no hay ninguna duda de que el hito en la Higueruela moderna lo marca el parque eólico. Las molinetas supusieron unos ingresos extras para muchos particulares que en las primeras fases vendieron terrenos baldíos a unos precios que ni se podían imaginar. Y el Ayuntamiento arrendando terrenos.